Se alzan voces contra la hegemonía de EEUU y sus aliados

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Escrito por Rasul Gudarzi

A finales de la década de los 70, algunos de los países que entonces eran catalogados del “Tercer Mundo” empezaron a criticar a Occidente por pretender dominar el planeta. Al día de hoy, son más las voces que se están alzando contra los planes hegemónicos de esos gobiernos occidentales, entre ellas la de Rusia.

El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, durante una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU, el pasado lunes, acusó a Occidente de querer dominar al mundo e imponer su ideología; el liberalismo.

En este sentido, sin referirse de forma explícita a ningún país, el titular ruso afirmó que tales esfuerzos constituyen una grave violación de los principios de la Carta de la ONU, en concreto de la independencia, la igualdad y la soberanía de los Estados. Para apoyar sus afirmaciones, señaló la crisis reinante en Siria, Irak y Libia, y aseguró: “Todo ello es el resultado del dominio de la política global. Todas estas acciones condujeron a la anarquía y la inestabilidad en Oriente Medio y el norte de África, generando el extremismo”.

No es solo Moscú quien cuestiona estas políticas hegemónicas de los gobiernos occidentales, encabezados por EE.UU., muchos otros, como China o Irán, las critican y califican de ejemplo evidente de la injerencia en sus asuntos internos.

Pero, ¿cómo y cuándo empezó esa política? Después de la Segunda Guerra Mundial y mediante el Informe 68 del Consejo de Seguridad Nacional (NSC-68), cuyo carácter es confidencial, consta de 58 páginas y fue elaborado el 14 de abril de 1950 durante la presidencia de Harry S. Truman, EE.UU. puso de relieve sus intenciones, al describir sus intereses como internacionales y no solo nacionales. A través de ese informe aseguró que todo lo que pase en cualquier rincón del mundo tiene que ver con Washington, provocando su entrada en escena.

Después de esa decisión sucedió algo importante, que abrió el camino de EE.UU. para materializar su objetivo, el fin de la Guerra Fría y la disolución de la Unión Soviética, o sea el triunfo del liberalismo ante el comunismo. Al respecto existen diferentes teorías, como el Fin de la Historia y el Último Hombre, de Francis Fukuyama, en la que su autor expone que la historia, como lucha de ideologías, ha terminado, con un mundo final basado en una democracia liberal impuesta tras el fin de la Guerra Fría.

Desde aquel entonces, Estados Unidos se ha venido valiendo del tema de los derechos humanos, para declarar que ya no son un asunto interno sobre el que los propios gobiernos puedan decidir o dictar leyes, sino que es mundial. De ese modo, si una minoría o una etnia protesta por la situación que atraviesa y denuncia su discriminación, la ONU puede intervenir, sin pedir permiso alguno del gobierno implicado.

Es así como se pierde la inmunidad de las autoridades y los gobiernos, y si la ONU determina que se están violando los derechos humanos en un país, puede derrocar al ejecutivo gobernante, tal como sucedió con Muamar Gadafi, en Libia.

Este punto resulta de gran beneficio para los pueblos, siempre y cuando su aplicación sea de forma equitativa y no selectiva, es decir, que no sea el instrumento del cual se valen las superpotencias con el fin de intervenir en los asuntos internos de otros países y presionarlos para cumplir con sus objetivos.

Eso nos lleva a un dilema; los seres humanos son diferentes en esencia, es decir, lo que buscan o quieren es diverso; no todos quieren la libertad de expresión y practicar sus deseos dentro del marco de la ley. Con otras palabras, quienes viven en EE.UU. son diferentes a quienes viven en Etiopía, Filipinas, China, Baréin o la India, por lo tanto cuando pasa algo en estos países se da una violación de los derechos humanos y su solución requiere una intervención extranjera, sin embargo, cuando algo similar sucede en propios países, como EE.UU., Francia, etc., ni hablar.

De estos planteamientos se puede interpretar que la violación de los derechos humanos, según ellos, significa todo lo que se hace en contra de lo que establecen. Es decir, Washington y sus aliados creen que solo sus principios y determinaciones valen y deben materializarse mientras aquellos países que cuentan con una ideología diferente deben alinearse a ellos o ser reprimidos, esto no lo expresan claramente, pero en la práctica se comportan así.

Quizás por esta misma razón, EE.UU. considera que Rusia e Irán son una gran amenaza para lo que llaman el nuevo orden mundial, así que intenta aislarles, dado que estos dos países no reconocen los valores presentados por Occidente como mundiales, y abogan por respetar unas normas internacionales y el derecho de autodeterminación de los pueblos, dentro de cualquier religión o visión.

En este sentido, Washington ha arrancado una masiva guerra sicológica y mediática contra Rusia e Irán. Su objetivo reside en mostrar a Moscú como un agresor que pretende violar y controlar los países de Europa del Este, mientras Irán es una amenaza potencial para la seguridad mundial, justificando así sus medidas hostiles contra estos dos, como sanciones y amenazas de guerra, al decir que todas opciones están sobre la mesa.

Países como Rusia e Irán son conscientes de que el principal objetivo de las medidas punitivas que adopta Washington es derrocar a sus gobiernos, dividir sus territorios y debilitarles para que no puedan siquiera oponerse a estas; además de pretender que gobiernos subordinados ocupen al poder, para que representen sus intereses y contribuyan a la materialización del plan de dominio de los pueblos y acaten los principios del liberalismo.

La cooperación promovida por los BRICS es «peor que una plaga» para EE.UU.

La cooperación promovida por los BRICS es Reuters / Ueslei Marcelino

Para EE.UU. los BRICS son «peor que una plaga», afirma el periodista Pepe Escobar. Mientras EE.UU. se dedica a sembrar caos por todo Asia, los BRICS, Rusia y China mayormente, promueven la cooperación económica y la integración de la región.

«Los BRICS son peor que una plaga» para los ‘Amos del Universo’ que, en realidad, controlan el sistema mundial manipulado», opina el periodista Pepe Escobar en su nueva entrada del blog para RT.

«Pese a sus discrepancias entrelazadas, todos [los miembros del BRICS] coinciden en que no es necesario desafiar directamente a la hegemonía, mientras buscan crear un nuevo orden multipolar», afirma Escobar, que recuerda que el bloque afronta varios problemas. Brasil, opina Escobar, actualmente esta «paralizado» por problemas internos, pero Rusia, China y la India están desarrollando su cooperación.

Una de sus herramientas para lograr este objetivo es la creación del Banco de Desarrollo de los BRICS, una institución alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial controlados por Occidente. Gracias al nuevo Banco, no solamente los países que forman los BRICS, sino también otros países en desarrollo, podrán «deshacerse de los dólares como moneda de reserva» y financiar sus proyectos para el desarrollo sostenible sin recurrir al FMI ni al Banco Mundial.

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Exasesor de Reagan: «El mundo debe boicotear a EE.UU. e Israel por sus crímenes»

Wikimedia

EE.UU. y el régimen israelí son los mayores elementos criminales en el escenario mundial y la comunidad internacional debe boicotearlos si no quiere participar en su propia desaparición, cree el exasesor de Reagan Paul Craig Roberts.

Tolerando «las matanzas interminables y el sinfín de mentiras» de EE.UU. e Israel, el mundo «se prepara para su propia desaparición», escribió Paul Craig Roberts en un recienteartículo para el sitio web de Press TV.

«La única esperanza para la vida y la verdad es que el mundo se una en contra de estos dos Gobiernos criminales, aislándolos diplomática y económicamente e imposibilitando que sus funcionarios […] viajen al extranjero sin ser detenidos ni juzgados», propuso Paul Craig Roberts. «¿Para qué necesita el mundo a Washington e Israel? A menos que tenga ganas de morir, el mundo no los necesita», aseveró el comentarista norteamericano.

Asimismo, Roberts acusó a EE.UU. y a sus aliados europeos de la OTAN de la escalada de presión en contra de Rusia, escalada que en última instancia podría llevar a una guerra mundial.

«Las consecuencias mortales de esa guerra se extenderían más allá de Rusia, Europa y EE.UU., hacia el mundo entero. El uso occidental de la mentira para demonizar a Rusia pone en peligro la vida en todo el planeta y revela que Occidente es tan imprudente como irresponsable», escribió Roberts.

Asimismo, el analista también criticó a la comunidad mundial por su silencio ante la «imprudencia e irresponsabilidad» de Occidente.

Después de la reunificación de Crimea con Rusia este marzo como resultado de un referéndum, la OTAN ha celebrado una serie de ensayos de guerra en Europa oriental. Además, la Alianza ha reforzado su patrulla de aire sobre la región del Báltico con aviones equipados con radares que efectúan vuelos regulares sobre los territorios de Polonia y Rumanía.

En junio, la OTAN celebró ejercicios militares cerca de la frontera occidental de Rusia. Cerca de 5.000 soldados y 800 vehículos militares procedentes de 10 Estados miembros de la Alianza, incluyendo EE.UU., Reino Unido y Canadá, participaron en las maniobras cerca de la capital de Letonia, Riga.

Rusia ve los movimientos de la OTAN como un signo de agresión en medio de la crisis enUcrania.

«Washington ha resucitado la amenaza de un ‘Armagedón’ nuclear»

pixabay

Washington con su ideología de hegemonía mundial ha roto la confianza entre las potencias nucleares y empuja al mundo a una guerra mundial, considera el economista y politólogo estadounidense Paul Craig Roberts.

«¿Cómo el gobierno ruso puede confiar en Washington si EE.UU. no cumple con sus palabras, «lleva» la OTAN a Europa del Este y crea bases militares en la frontera con Rusia?», pregunta en su nuevo artículo el politólogo y economista Paul Craig Roberts. Según el experto, el país norteamericano ha destruido la confianza de Rusia al acusarla de la crisis ucraniana cuando es EE.UU. el que está detrás del conflicto.

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Al mismo tiempo, Roberts critica la ideología de la hegemonia estadounidense según la cual hay que evitar la aparición de un nuevo rival en el territorio de la antigua Unión Soviética y otros lugares del mundo. «En un intento fallido de mantener a EE.UU. como una superpotencia única, capaz de imponer su voluntad al mundo, los neoconservadores han resucitado la amenaza de un ‘Armagedón’ nuclear«, opina el politólogo.

En relación a la guerra en Ucrania, Roberts destaca que Washington con la ayuda de los medios occidentales ha tenido la posibilidad de controlar la información sobre los acontecimientos ucranianos, acusar a Vladímir Putin de la crisis y provocar las tensiones entre Europa y Rusia.

«La destrucción de la confianza entre las potencias nucleares por parte de Washington es un crimen del siglo», concluye el autor.

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Maduro: Grupos paramilitares intentan infiltrarse en Venezuela desde Colombia

Reuters / Carlos Garcia Rawlins

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha denunciado que varios grupos paramilitares colombianos tratan de entrar en Venezuela para generar caos en el país.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este miércoles que varios grupos paramilitares de Colombia, vestidos de civil, tratarán de infiltrarse en el país a través de las fronteras en los estados de Zulia, Táchira y Apure para alterar el orden en el país, informa Telesur.

«Quieren infiltrar estos grupos armados paramilitares entrenados porque desde el norte se ha dado la orden de destruir a la patria de Bolívar«, dijo Maduro durante un discurso televisado desde el estado de Bolívar, en el sureste de Venezuela.

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El mandatario se comunicó con el ministro de la Defensa y de Interior, Vladimir Padrino López, y la ministra de Justicia y Paz, Carmen Meléndez, a quienes pidió mantenerse en«máxima alerta».

El jefe de estado llamó a las fuerzas militares, policiales y al pueblo en general a mantenerse en  movilización permanente para hacer frente a una eventual intervención desde el extranjero.

Las «fuerzas capitalistas» caerán en la tentación de crear inteligencia incontrolable

Las Reuters / Yuya Shino

«Las fuerzas capitalistas» no pararán ante el peligro de crear tecnologías a base de inteligencia artificial incontrolable y potencialmente peligrosa para los humanos, opinan científicos. La única manera de evitar dicho peligro es desarrollar la inteligencia artificial de manera que adquiera razonamiento moral y sentimientos como los humanos.

Es muy probable que hacia el año 2100 el desarrollo de la  inteligencia artificial (IA) llegue al nivel de los humanos, cree Murray Shanahan, profesor de robótica cognitiva del Imperial College London, pero la cuestión es saber hasta qué punto será peligrosa para los propios humanos.

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«Las fuerzas capitalistas» se enfrentan a «la tentación de desarrollar cosas arriesgadas», por ejemplo usar la IA para subvertir mercados, manipular elecciones o crear nuevas tecnologías militares automatizadas y potencialmente incontrolables, cita al científico la revista ‘IBTimes‘. Según Shanahan, la forma de evitarlo sería creando una IA basada en los modelos psicológicos y neurológicos humanos.

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Una de las maneras de crear una IA «humana» es copiar el diseño del cerebro humano, algo que, hoy por hoy, no deja de ser una utopía. De hecho, el cerebro humano ni siquiera ha sido mapeado, es decir, que no se entiende totalmente cómo esta organizado estructuralmente y cómo las diferentes partes del cerebro interacciona entre sí. Pese a la dificultad, varios proyectos científicos como ‘Human Connectome Project’ o ‘Human Brain Project’ están trabajando en recrear el cerebro.

«Rusia, China y la India pueden cambiar el statu quo»

RIA NOVOSTI

Rusia, China y la India no quieren vivir «bajo la sombra de la hegemonía de EE.UU.», y, unidos por sus intereses comunes, pueden forjar una coalición que supondría un importante desafío para EE.UU. en el orden mundial actual, constata la revista especializada ‘The Diplomat’.

El mundo está viendo surgir un nuevo orden global en el que el papel de EE.UU. se verá reducido con relación a los poderes emergentes, que a su vez jugarán un papel cada vez más activo en los asuntos globales, opina la revista ‘The Diplomat‘.

Los actores principales de estos cambios geopolíticos pueden ser Rusia, China y la India, países que no están satisfechos con el orden global actual. «Ninguno de estos tres países se contenta con vivir bajo la sombra de la hegemonía de EE.UU.», expresa la revista, añadiendo que es precisamente su deseo común de construir un sistema global multipolar lo que podría motivarlos a forjar una coalición.

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Mientras numerosos analistas han centrado su atención en la posible rivalidad entre China y EE.UU., pocos han dedicado suficiente atención a la dinámica emergente protagonizada por China, Rusia y la India, y la posibilidad de que estos países constituyan una coalición como fruto de su deseo de cambiar el statu quo, advierte el artículo.

Según ‘The Diplomat’, existe un gran potencial para una colaboración más estrecha entre China y la India y el aspecto más importante es que lo que fomentará el acercamiento entre los dos países es su «sueño común de convertirse en países desarrollados de primer orden».

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Al mismo tiempo, la revista asegura que las relaciones entre Rusia y China también cobrarán más fuerza en el futuro. Mientras que China puede proporcionar una estabilidad económica y estratégica a Rusia, esta última puede apoyar a Pekín en sus disputas con otros países asiáticos. Para EE.UU., que preferiría mantener su posición dominante durante el máximo tiempo posible, estas tendencias «no son una buena noticia», concluye el autor.